Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.
Publicado el 8 de septiembre del 2025.
La práctica de la gestación subrogada se caracteriza por la explotación y la violencia contra las mujeres, los niños y las niñas. Refuerza las normas patriarcales al mercantilizar y cosificar el cuerpo de las mujeres y exponer a las madres subrogadas y a sus hijos a graves violaciones de derechos humanos.
― Informe de la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra las Mujeres y las Niñas.
Hace poco más de un año y medio, el Papa Francisco acaparó titulares internacionales al condenar enérgicamente la maternidad subrogada y exigir su prohibición mundial. “Considero deplorable la práctica de la llamada maternidad subrogada”, declaró nuestro ex Santo Padre en unas declaraciones ante el cuerpo diplomático del Vaticano. A continuación, calificó la maternidad subrogada como “una grave violación de la dignidad de la mujer y del niño, basada en la explotación de las necesidades materiales de la madre”.
“Un hijo siempre es un regalo y nunca la base de un contrato comercial”, dijo el Papa Francisco. “Por consiguiente, expreso mi esperanza de que la comunidad internacional se esfuerce por prohibir esta práctica universalmente”.
En aquel momento, las declaraciones del Santo Padre causaron indignación. NPR (National Public Radio), por ejemplo, contactó inmediatamente a un destacado defensor de la gestación subrogada, quien calificó las declaraciones del Papa de “irrespetuosas”.
“Simplemente creo que es muy valiente que un padre confíe en otra persona para gestar a su bebé”, declaró Sunshine Hanson a NRP. “Es una relación realmente especial y única que no creo que nadie que no la haya vivido pueda comprender”.