Por el Padre Shenan J. Boquet – Presidente de Vida Humana Internacional.
Publicado el 3 de enero del 2022.
El comienzo de un nuevo año es un momento para mirar hacia atrás y hacia adelante. Al mirar hacia atrás, revisamos el año pasado desde la perspectiva del punto de vista de un ave del presente, reconociendo y celebrando los logros alcanzados, mientras catalogamos sin piedad las áreas en las que nos quedamos cortos. Mirando hacia el futuro, hacemos planes para el próximo año y tomamos el tipo de resoluciones que maximizan la probabilidad de que logremos nuestras metas.
"¿No sabéis que en una carrera todos los corredores corren, pero solo uno se lleva el premio?" escribe San Pablo en la Primera Carta a los Corintios. “Corre de tal manera que obtengas el premio. Todos los que compiten en los juegos entran en un entrenamiento estricto. Lo hacen para conseguir una corona que no dura, pero nosotros lo hacemos para conseguir una corona que si dura para siempre”. (1 Corintios 9: 24-25).
San Pablo sabía bien que los grandes logros son posibles solo cuando mantenemos un enfoque como un láser en la tarea que tenemos entre manos, estando dispuestos a sacrificar las comodidades presentes por la gloria futura. La mediocridad, por otro lado, es una consecuencia de distraerse con las muchas trivialidades que prometen placer, pero que inevitablemente solo conducen a la deflación y el disgusto.