Por el Padre Shenan J. Boquet – Presidente de Vida Humana Internacional.
Publicado el 07 de Febrero del 2022.
A medida que comienzan los Juegos Olímpicos de invierno en Beijing, los activistas de derechos humanos intentan generar conciencia sobre los continuos abusos contra los derechos humanos que se cometen a gran escala en la nación comunista. Entre las tragedias que se desarrollan actualmente en China se encuentran lo que muchos expertos han calificado como un genocidio perpetrado contra la población musulmana Uigur, la represión y el control de las iglesias cristianas, la creciente represión de la libertad en Hong Kong, un aumento masivo de la vigilancia estatal de los ciudadanos en servicio de un sistema distópico de “crédito social” y las medidas de control de población brutales y de larga data, incluidos abortos forzados y esterilizaciones.
Abortos Forzados y Esterilizaciones
Durante décadas, las parejas chinas han sido objeto de horribles violaciones de su dignidad humana, ya que el estado ha dictado cuántos hijos se les permita tener. Quienes desacatan la ley son sancionados con multas abrumadoras y, en el peor de los casos, con abortos forzados y esterilizaciones. En algunos casos, las horribles consecuencias de estos abortos forzados han sido capturadas en fotos o videos. En una foto desgarradora que circuló hace varios años, una madre china yace en una cama, mientras que a su lado está el niño concebido muerto que acaba de ser arrancado de su matriz.
En aquellos casos en los que una mujer logra dar a luz a un niño adicional “ilegal”, el niño no es reconocido por el estado y, por lo tanto, no puede obtener los privilegios básicos de la ciudadanía, como el acceso a la educación o la atención médica. Mientras tanto, décadas de la política del hijo único, combinadas con una preferencia cultural por los niños, también ha llevado a un enorme desequilibrio de género, que los sociólogos temen que fomente el malestar y actualmente está alimentando el tráfico sexual, ya que muchos hombres chinos no pueden encontrar una cónyuge. Este desequilibrio de género fue creado por la práctica a gran escala del aborto selectivo por sexo, con innumerables millones de niñas no nacidas abortadas simplemente por ser del género “equivocado”.