Esta semana, miembros de HLI, el Dr. Joseph Meaney, Stephen Phelan y yo nos reunimos con funcionarios de la Iglesia y con líderes pro-vida en Roma para discutir una serie de preocupaciones, centrándose principalmente en la vida y la familia.
Además de la renovación de amistades con otros líderes - y resolver en la lucha por los grandes dones de la vida y la familia – se tiene una urgencia especial en estos días. Muchos tienen preocupaciones acerca de la dirección que el Sínodo Extraordinario de la familia tomó el otoño pasado, y la confusión que estaba tan extendida. Aunque ha habido signos en Roma de la dirección con una mayor claridad, muchos siguen preocupados por un fenómeno que podríamos llamar "el espíritu del Sínodo," lo que demuestra una buena disposición por muchos dentro y fuera de la Iglesia para continuar con propuestas a las problemáticas relativas como la Santa Comunión para los católicos que, sin tener un primer matrimonio anulado por la Iglesia, viven en uniones civiles no válidas; y dando una especie de bendición a las uniones homosexuales.
Como muchos han argumentado con fuerza, con caridad y con elocuencia, este tipo de cambios no pueden recibir ningún tipo de estatus Magisterial en la enseñanza de la Iglesia, sin embargo, el haber surgido y considerado en el Sínodo ha sido tomado por algunos como la licencia para proceder como si ya tenían alguna tipo de aprobación. Hemos visto la destrucción causada por el "espíritu del Concilio Vaticano II", que ignora lo que los documentos del Concilio Vaticano II en realidad dijeron y procede como si la verdad se decidiera democráticamente, hubiera algún tipo de aprobación otorgada por cualquier cambio en absoluto. El precedente más claro de esta confusión es sin duda el caos que siguió a la Humanae vitae, que afirmó fuertemente la doctrina católica inmutable sobre la vida humana y la sexualidad. Había habido una expectativa de cambio previa a la publicación del documento que, cuando se emitió por el Beato Papa Pablo VI, una revuelta siguió, dejando un rastro de destrucción, tanto dentro como fuera de la Iglesia.
Sin embargo, la gracia de Dios sigue estando disponible para todos los que vienen a Él, y su mano es evidente a medida que avanzamos a través de la confusión actual. A la conclusión del Sínodo Extraordinario de otoño pasado fue la beatificación del Beato Pablo VI, que para los que ven espiritualmente era una recepción, muestra providencial que los innovadores no tendrían la última palabra sobre cómo nuestra amada Iglesia define el sacramento del matrimonio. Los Cardenales Burke, Mueller, Napier y varios otros hicieron intervenciones poderosas que afirman la verdad sobre el matrimonio y la Eucaristía - y su número sólo se ha incrementado desde la última reunión del sínodo.
Además, tenemos que recordar que "el espíritu" no es el Espíritu, la tercera Persona de la Santísima Trinidad, que sigue guiando a su Iglesia hoy. El ex "espíritu" es una mera voluntad de poder, una demanda de los adolescentes que las propias preferencias sean bendecidas en el nombre de una falsa compasión y misericordia divorciada de la Verdad.
La necesidad de la oración y el ayuno por el Santo Padre y la Iglesia es extremadamente urgente - ¡como siempre lo ha sido! Por favor, únase a nosotros en la oración que los frutos de las diversas reuniones durante esta última semana darán lugar a una acción efectiva que apoye la verdad sobre la vida y la familia en todo el mundo. Hemos visto muy bien lo que pasa cuando el "espíritu" de la edad domina, llevando a muchos lejos de Cristo. También hemos visto la alegría que se deriva en la Verdad de Cristo, hacia la cual dirigimos todos nuestros esfuerzos.
Gracias de nuevo por el apoyo a nuestra misión y por caminar con nosotros en este viaje. Y esté atentos para más información sobre esta lucha crucial.
Padre Shenan Boquet
Director de Human Life International
Traducido por Cecilia Rdguez. G.
Asesora REDESSVIDA
