Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.
Publicado el 10 de febrero del 2025.
La semana pasada escribí sobre el admirable trabajo que está haciendo la administración del presidente Trump para promover la causa provida. La gran cantidad de actividad provida que ha llevado a cabo la administración Trump en las primeras semanas a través de órdenes ejecutivas y directivas administrativas ha sido verdaderamente notable. Es sumamente alentador ver a esta administración contraatacar la mentalidad anti-vida (como las ideologías que no respetan la dignidad humana) y revertir varias políticas nacionales e internacionales proaborto y anti-familia que dominaron la administración Biden.
Como alguien que sirve en un apostolado provida global, me alegró especialmente ver la orden ejecutiva del presidente Trump que restablece la Política de la Ciudad de México que prohíbe el uso de dólares de los contribuyentes de Estados Unidos para financiar organizaciones que promuevan o realicen abortos en el extranjero, ofrezcan asesoramiento sobre abortos o defiendan el aborto. Recortó, por ejemplo, todos los fondos al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) que apoya el aborto coercitivo y la esterilización forzada. La política también es aplicable a lo que queda de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), al Departamento de Estado y a todos los departamentos y agencias.
La orden del presidente revoca el memorando de la administración anterior que autorizaba la financiación con fondos de los contribuyentes a los proveedores de servicios de aborto, incluidos Planned Parenthood y Marie Stopes International. La política restablecida ha ampliado su influencia, abarcando la gran mayoría de la asistencia sanitaria global bilateral de Estados Unidos, como se expresa en el encargo dado al secretario de Estado:
Tomar todas las medidas necesarias, en la medida permitida por la ley, para garantizar que el dinero de los contribuyentes estadounidenses no financie organizaciones o programas que apoyen o participen en la gestión de un programa de aborto coercitivo o esterilización involuntaria.
Ese mismo día, el presidente Trump emitió una segunda orden ejecutiva que restablecía las directivas de su administración anterior con respecto a la Enmienda Hyde, garantizando que su norma se incorporara a las políticas y programas federales. La administración Biden eludió la Enmienda Hyde (se puede llegar a decir que la administración Biden ignoró la ley), que es una política estadounidense que prohíbe el uso del dinero de los contribuyentes para financiar el aborto. Las dos órdenes ejecutivas de Biden, que se referían al aborto como atención médica, intentaron incorporar la financiación federal del aborto dentro de los programas gubernamentales, facilitando a las mujeres el acceso al aborto quirúrgico, así como a la píldora abortiva.
Las órdenes del presidente Trump rectificaron estos problemas y restablecieron el compromiso de los Estados Unidos con la protección de la vida y las familias en el escenario nacional e internacional. Este es un paso hacia la restauración de nuestro papel como líderes en la cuestión de la promoción y defensa de la dignidad humana. Por supuesto, hay mucho más por hacer en este sentido, pero las órdenes ejecutivas de Trump están implementando políticas y directivas provida que han tenido y tendrán un impacto tremendo.