Susan Ciancio
9 de abril de 2019
Imagine estar inmerso en algo tan siniestro y tan malo que usted no siquiera puede verlo. Eso fue exactamente lo que le pasó a Abby Johnson y la película Unplanned (“No planeado”, traducción libre) narra la historia de su redención. Basada en su libro, que lleva el mismo título, el filme está siendo proyectado actualmente en los teatros.
La película comienza con la directora de un centro de abortos, Abby Johnson, sentada en su oficina de Planned Parenthood haciendo papeleo. Una joven empleada le toca la puerta y le pide a Abby que ayude al médico al final del pasillo. Cuando Abby llega a la sala, el médico le explica que él sólo hace abortos con la guía de una ecografía y le pide que sostenga la sonda del aparato. En la pantalla ecográfica, vemos la imagen de un bebé de 13 semanas de gestación dentro del vientre de su madre. Abby mira fijamente a la pantalla a medida que el bebé patea y se mueve. El aborto comienza y Abby mira, sin poderlo creer, cómo el bebé intenta escapar del tubo de succión que ha penetrado en su hogar, hasta ese momento un lugar seguro y de agradable temperatura. Sus movimientos expresan cada vez más el pánico que siente, y vemos el pánico que también se refleja en el rostro de Abby a medida que se da cuenta de la realidad que va a ocurrir. De pronto, el bebé desaparece y el útero de la madre está vacío. La sangre del bebé llena los tubos hacia el lado de la paciente. Asqueada, Abby sale corriendo de la sala y huye buscando la seguridad de un baño bajo llave, donde, llorando, se deja caer al piso.
La película entonces muestra el pasado, ocho años atrás, cuando Abby era una universitaria en Texas A&M. Allí participa en muchas fiestas y empieza a salir con un hombre 10 años mayor que ella. Cuando queda embarazada, él le dice que ellos “pueden resolver ese asunto” y la lleva para que le cometan un aborto. Luego se casan y después se divorcian, y Abby se da cuenta de que está embarazada otra vez. No queriendo tener ninguna conexión con su ex esposo, decide abortar otra vez. En esta ocasión, el bebé es más pequeño, de manera que toma la píldora del aborto. Un miembro del personal del centro de abortos le dice que va a sangrar y a sufrir calambres, pero que eso será como tener una menstruación abundante. Abby regresa a su casa y pasa por una experiencia aterradora de mucho sangrado, dolor y coágulos de sangre – todo ello es mostrado muy gráficamente a medida que vemos la horrible realidad de lo que le pasa al cuerpo de una mujer cuando su bebé sufre la muerte y es expulsado de ella.
Más adelante, durante su carrera universitaria, Abby participa en una feria de empleos en el campus de la universidad. Allí conoce a una mujer “emprendedora” en el quiosco de Planned Parenthood. La mujer exalta las “virtudes” de Planned Parenthood. Le explica que la organización se centra en la salud de las mujeres. Este tema toca el interior de una joven Abby, quien está de acuerdo con que es importante ayudar a las mujeres. De manera que se anota para ser una escolta voluntaria – alguien que da la bienvenida a las mujeres apenas se apean de sus automóviles y luego las acompaña hasta el centro de abortos. Durante los próximos años, Abby asciende del puesto de voluntaria hasta convertirse en una “consejera” y luego en directora de un centro abortivo de Planned Parenthood.
A través de la película, vemos la angustiosa realidad del aborto a medida que una fila de mujeres, con rostros que muestran tristeza y miedo, pasa por las puertas del centro de abortos de Planned Parenthood. Vemos también la conducta desalmada de los empleados de Planned Parenthood, a quienes les importa más el dinero que los seres humanos. Vemos a una jovencita que casi muere desangrada debido a un aborto fallido. Y vemos a personas provida paradas ante las puertas del centro de Planned Parenthood intentando hablar con las mujeres y las jovencitas para que no dejen que les cometan abortos. Los que gritan y sostienen carteles gráficos se mezclan con las personas provida de la organización Coalition for Life. Estas últimas conocen por nombre al personal del centro abortivo, están en pie en silencio y orando y se expresan con amabilidad. Su conducta apacible y orante demuestran a Abby que su amor por los bebés y sus mamás es genuino y que están dedicando su vida a ellos porque están convencidas de los horrores del aborto. Esas son las personas a las que Abby llega a conocer. Habla con ellas, las escucha y eventualmente encuentra refugio en ellas.
Abby no solamente abandona a Planned Parenthood, sino que funda una organización para ayudar a otras personas a que también dejen la industria del aborto. En una conmovedora escena de la película, Abby le pregunta a su esposo cómo Dios pudiera perdonarla. Él le responde que Dios es misericordioso. Vemos la bondad de Dios y cómo Él obra a través de otras personas en su vida para ayudarla a salir de una organización que ha sido edificada sobre falsedades. Sin embargo, la naturaleza convincente de este filme no reside en sus aspectos religiosos, sino en la realidad que muestra. Aún una persona que no es religiosa puede entender que un bebé en el útero de su madre es una persona humana tan viva como lo es un bebé acurrucado en los brazos de su madre, y que ese bebé no nacido puede sentir dolor al igual que usted y yo. Esta historia no es ficción. No es una exageración. Se trata de la vida real.
La historia de Abby no es un caso aislado. Miles de bebés mueren a diario en centros de abortos a través de EEUU y del mundo. El aborto detiene a un corazón vivo y latiente. Ello es lo que Planned Parenthood no quiere que la gente sepa. Ello también es la razón por la cual sus ejecutivos y benefactores están tan enojados por esta película y por qué nosotros debemos difundir la verdad tan lejos y tan ampliamente como nos sea posible. Nosotros sabemos que una organización que se aprovecha de las mujeres en sus momentos de mayor vulnerabilidad no las está ayudando.
Urjo a todos a que vayan a ver esta película y a que animen a sus amigos y familiares a que también vayan a verla – especialmente los que no son provida. Comparta que usted ha ido a verla, difunda la información acerca de este filme #unplanned y #whoisabby entre sus amigos, familiares, en la iglesia, y a través de las redes sociales. Y si cree que puede ayudar en esa difusión, ¡comparta este artículo! Si queremos cambiar la realidad y detener lo que San Juan Pablo II llamó la “cultura” de la muerte, debemos actuar e informar a los demás. Ver esta película y difundir la verdad acerca del aborto y de Planned Parenthood es una buena manera de comenzar.
Nota del Personal Editorial de HLI: Esta película ha sido catalogada como “R” debido a “sus perturbadoras y sangrientas imágenes” ya que hay escenas del aborto en ella. Ello significa que la persona que desea verla debe tener 17 años o más de edad, a no ser que vaya acompañada por un adulto. Los padres de familia deben usar su propio discernimiento y deben compartirla con aquellos de sus hijos que ya han alcanzado por lo menos la pubertad. En el filme se habla de períodos de menstruación, sangre, coágulos y se muestran dos escenas de abortos (uno quirúrgico y el otro por medio de un fármaco abortivo, como ya se ha explicado). Es importante tomar en cuenta que HLI y VHI apoyan a esta película (https://www.hli.org/2019/03/14270/) y que hay estados en EEUU donde hay adolescentes a quienes se les están cometiendo abortos sin ni siquiera el consentimiento de sus padres, quienes irónicamente no pueden ver este filme. Para encontrar los teatros y los horarios que muestran la película ‘Unplanned’, visite: https://www.unplannedfilm.com/.