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Siguen usando bebés abortados para producir vacunas (1/3)

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Diane Montagna

ROMA, 14 de marzo de 2019 (LifeSiteNews.com) – La miserable historia de la producción de vacunas que ha usado a bebés abortados comenzó con los promotores de la eugenesia, como la fundadora de Planned Parenthood, Margaret Sanger, y se ha convertido en una industria multimillonaria que amenaza a los derechos de los padres y llena los bolsillos de las compañías farmacéuticas y los proveedores de abortos, ha dicho una defensora de las vacunas fabricadas éticamente.

Debi Vinnedge, de la organización provida “Children of God for Life” (“Hijos de Dios por la Vida”, traducción libre), dirigió la palabra a una audiencia que había llenado por completo un salón en Roma el pasado 13 de marzo (2019). En su presentación, Vinnedge reveló la horrible historia de la producción de vacunas usando fetos abortados, separando así los mitos de las realidades que se basan en la documentación que proviene de científicos involucrados en la investigación de vacunas, y explicó por qué los bebés abortados todavía están siendo utilizados en la producción actual de vacunas.

LifeSiteNews.com conversó con Debi Vinnedge antes de su presentación durante un congreso en Roma, que fue auspiciado por la organización Renovatio 21. En nuestra entrevista, Vinnedge resumió brevemente la historia de la investigación acerca de las vacunas que utilizó fetos abortados, incluyendo la práctica barbárica de asegurarse de que los bebés fuesen abortados vivos de manera que sus órganos pudieran ser extraídos sin anestesia.

Refiriéndose a la legalidad de la investigación en fetos abortados, Vinnedge explicó que ésta “ha recibido financiamiento federal en EEUU desde 1993, cuando el Presidente Clinton la firmó convirtiéndola en ley luego de un intenso cabildeo por parte de la industria farmacéutica”. Y añadió: “Este es un inmenso mercado de miles de millones de dólares debido a la creación de pacientes, la venta de líneas celulares por parte compañías que de hecho almacenan y revenden tejidos de fetos abortados”.

La fundadora de “Children of God for Life” señaló que este tipo de investigación y producción de vacunas está llenando los bolsillos de “universidades, compañías biotecnológicas, la industria farmacéutica y, por supuesto, Planned Parenthood, que fue atrapada por medio de una operación encubierta conversando acerca de cómo podría asegurarse de obtener órganos intactos para venderlos”.

Vinnedge también explicó que “aún la profesión médica dentro de la Iglesia Católica” desconoce la “horrible historia de los abortos forzosos que ocurrió en la investigación sobre estas vacunas y miles más que llevaron a su producción final. La verdad tiene que ser dada a conocer acerca de esta infame historia y mi meta es asegurarme de que esto se lleve a cabo, y, en última instancia, ponerle fin a esta barbárica práctica”.

Vinnedge siguió explicando que uno de los “principales obstáculos” en “el progreso para detener esta injusticia” es “la aprobación implícita del uso de vacunas hechas con fetos abortados cuando no hay otra alternativa”.

De hecho, tan recientemente como 2017, la Pontificia Academia para la Vida (del Vaticano) dio un perturbador giro en cuanto a dar apoyo a las vacunas fabricadas con fetos abortados diciendo que “en el pasado las vacunas habían sido preparadas con células de fetos humanos abortados”, pero que hoy “estas líneas de células usadas son muy distantes de los abortos que les dieron origen”.

E insistió: “Hasta que nuestros médicos y líderes del clero no se unan en todo el mundo y exijan alternativas morales, la industria farmacéutica no va a cambiar. De hecho, como lo están demostrando la historia y las tendencias actuales, solamente se va a poner peor”.


Continuará.