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Un tributo al Dr. Humberto Leal-Vieira

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Raymond de Souza, delegado de HLI para misiones internacionales, presentó el siguiente tributo al recientemente fallecido Dr. Humberto Leal-Vieira, PhD, fundador y presidente de la Asociación Nacional Pro-Vida y Pro-Familia de Brasil (VHI-Brasil), en el Encuentro para Sacerdotes y Seminaristas que tuvo lugar en Río de Janeiro, el pasado 10 de octubre de 2015.

Hoy Human Life International (HLI) honra al recientemente fallecido Dr. Humberto Leal-Vieira, fundador y primer presidente de la Asociación Nacional Pro-Vida y Pro-Familia de Brasil, que fue fundada en 1983. La vida de Humberto nos puede enseñar lo que significa vivir el don de la vida.

En 1981, el Padre Paul Marx, OSB, fundó HLI y en 1984 estableció Vida Humana Internacional (VHI). Magaly Llaguno fue la primera directora ejecutiva de VHI. Cuando el Padre Marx y Magaly se enteraron de la gran labor provida que Humberto realizaba en Brasil, lo invitaron a unir su Asociación a la familia de HLI. En 1984, VHI-Brasil se convirtió en la primera afiliada en América Latina.


El Profesor Humberto Leal-Vieira nació en Jaguaquara, Bahía, Brasil, en 1938. Se casó con Nancy Habib y tuvieron ocho hijos: cuatro hombres y cuatro mujeres. Hasta la fecha hay doce nietos y un bisnieto. 

Humberto obtuvo una licenciatura en administración de empresas de la Facultad Brasileña de Administración Pública de la Fundación Getulio Vargas y el doctorado en administración de la Facultad Nacional de Administración en Francia. Fue profesor de administración fundamental, materiales administrativos, métodos de organización y estudios postgrado de administración del Centro Universitario de Brasilia. También fue asesor en cuestiones administrativas del Senado de Brasil. En 1985, se retiró de todos esos cargos.

Como el propio Humberto declarara posteriormente en una entrevista concedida a Zenit:

Como católico, siempre defendí la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Cuando comenzó el debate público en torno a la despenalización del aborto, formé parte de un grupo de más de cien católicos preocupados por este asunto. En esa reunión acordamos establecer la Asociación Provida Brasileña y fui elegido presidente. Después, durante la Solemnidad de San José, el 19 de marzo de 1983, nos reunimos para disolver esa Asociación y establecer la Asociación Nacional Pro-Vida y Pro-Familia de Brasil, para poder abarcar todos los temas relacionados con la vida y la familia y así lograr más. Fui elegido presidente. Poco después, comencé a participar en congresos internacionales organizados por HLI. El Padre Marx me ayudó mucho a convertirme en un activista provida.

Más tarde, Humberto se convirtió en el primer brasileño en ser escogido como miembro fundador y permanente de la Pontificia Academia para la Vida de la Santa Sede durante el mismo año de su establecimiento por el Santo Papa Juan Pablo II el Grande. Después, también fue elegido asesor del Pontificio Consejo para la Familia. 

Desde el comienzo, una parte clave de la estrategia provida de Humberto fue la de involucrarse en diálogos con líderes del poder legislativo y del poder ejecutivo. Las instrucciones que siempre les daba a sus colegas misioneros era: “¡Informar, informar, informar!”

Su sucesor como presidente de VHI-Brasil, Hermes Rodríguez-Nery, recuerda a su mentor con gran afecto:

No hubo legislador que no prestara atención a lo que Humberto dijera con convicción  e información bien fundamentada. Humberto siempre tenía las fuentes primarias y los documentos. No había manera de refutar sus argumentos. Era sólido y objetivo. No hubo legislador que no se sorprendiera ante el conocimiento, el valor y la candidez de Humberto. Era incasable en los pasillos del Congreso, llevando consigo los modelos de bebés de 12 semanas de concebidos y exigiendo una respuesta a la pregunta: ‘¿Quién va a defender a los indefensos?’ Pero todo ello no tenía por objeto solamente una eficacia técnica, un voto particular o un cierto momento de atención; cada encuentro tenía como fin tocar las almas de los que toman las decisiones, porque para él en realidad se trataba de una misión de evangelización...

Humberto animaba a sus seguidores a estudiar bioética, así como a “poner el amor cristiano por encima del conocimiento”, ya que se daba cuenta de que las divisiones pueden fácilmente penetrar la labor apostólica. Era todo un caballero que poseía una gran nobleza de alma. Era un hombre conocido por su sencillez, y ejemplo de humanismo y virtudes como esposos, padre, especialista, amigo, colega misionero y laico católico con un amor especial hacia la Virgen María. A menudo decía con gran emoción que había recibido la tarea misionera de defender la vida y la familia de la bendición que había recibido de San Juan Pablo II. Aun cuando su enfermedad se volvió más aguda, encontraba nuevas fuerzas en cualquier forma en que pudiese realizar su labor apostólica.

Humberto murió el 21 de septiembre de 2015. Siempre el administrador eficiente, se aseguró de que cuando muriese se eligiese un nuevo presidente de la Asociación Nacional Pro-Vida y Pro-Familia de Brasil que continuase esta labor provida. Como ha dicho Hermes: “Humberto fue una estrella en nuestras vidas, un apoyo esencial para el cumplimiento de la vocación y la misión que todos tenemos, que es la de estar con Dios”.