Cecilia Rdguez. Galván
Aseosra Redessvida
Este año se cumplen 20 años de la declaración de Pekín, un documento de la ONU que tenía por meta “empoderar” a la mujer y que suscitó el día internacional de la mujer
El lema de este día es: “empoderando a la mujer, empoderando a la humanidad”, y es cierto que ayudando a las mujeres es como la humanidad obtendrá su verdadero potencial, pero no se empodera, es decir, no se trata de darle un poder sobre ella o sobre el varón, lo mejor es ver a la mujer en su verdadera dimensión.
“No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada” (Gn. 2, 18). La ayuda que la mujer aporta al género humano no es servil, sino recíproco. Al hombre le faltaba un complemento para hacer el bien, y ese complemento es la mujer. Y la mujer sin el hombre no puede complementarse.
San Juan Pablo II llamó a descubrir el verdadero “genio femenino”, con esto la Iglesia resalta la esperanza que la Mujer brinda a la humanidad, y reconoce que no ha sido debidamente vista como un don. La actualidad grita –en algunos sectores de la humanidad- que la mujer debe tomar su lugar en la sociedad, un lugar que por siglos le ha sido arrebatado. Sin embargo es necesario entender que no se puede mirar con ojos de actualidad la historia antigua, sino que el paso de los años ha ido ofreciendo a la humanidad una visión clara del valor de la mujer.
Pero el día de hoy asistimos a lo que denominaría una visión borrosa de la mujer, donde no es una ayuda y definitivamente no es adecuada. La reflexión acerca de la mujer debe ser profunda, más acorde con Aquel que la ha creado: desde la mirada de Dios.
Mujer, antes que otra vocación has sido llamada a la existencia. El soplo que te ha sacado de la oscuridad proviene de Dios, el Dios del Amor. Tu propia existencia es ocasión de gozo y de agradecimiento al Creador. Eres imagen de Dios, creatura destinada a la Salvación.
Mujer, llamada a ser complemento perfecto de aquel que ha sido creado también por y para el Amor. Ayuda adecuada, equilibrio, auxilio, compañera. Al lado del hombre eres Co-creadora. Posibilitas la vida en tu interior aún antes de engendrarla, tu cuerpo es don de recepción en más de un sentido, abrazas la posibilidad de los hijos. Eres el apoyo de la humanidad al guiar los pasos que desde pequeños dan, soportas con ternura y paciencia las travesuras de aquellos que vas formando y das esperanza a la humanidad.
Mujer, eres portadora de la riqueza creadora de Dios, con generosidad aportas el bien a la humanidad. Con la sensibilidad de la que Dios te ha dotado eres capaz de percibir las necesidades en los otros, tu presencia en la sociedad es necesaria, gustosamente necesaria, ofreces al mundo tu “genio” y aportas vida en todo momento y en diversos sentidos.
Pero no toda mujer hoy desea ser mujer. Parece que la idea de la modernidad es ofrecer a la mujer un estado, un concepto de sí misma muy distante de quien es realmente, atacar a la mujer hoy es casi una consigna por parte de los organismos que buscan la destrucción de la humanidad, trabajando al servicio de aquel que desea el fin del hombre. Pues la destrucción de la mujer equivale a la destrucción de la humanidad.
El ofrecimiento de un lugar en la sociedad y en la economía, la cultura y la política le está costando a la humanidad el ir perdiendo el “genio femenino”. Conciliar todo y el ser mujer no es necesariamente un conflicto, siempre y cuando no se intente ser un hombre.
La mujer está amenazada con desaparecer en esta actualidad, la primera amenaza evidente es la negación de la maternidad y la consecuencia del aborto. La maternidad, don de Dios, está en peligro. Culturalmente se ha ido trasminando la idea de que no es necesario tener hijos, de que “estorban” al desarrollo eficaz y exitoso de la mujer. Y aunque hay mujeres que no pueden biológicamente tener hijos no por ello dejan de ser maternales. Sin embargo hoy desean erradicar la maternidad de la esencia de la mujer, a través del aborto, de la anticoncepción, de la Fertilización Artificial. O, es la mujer el punto a eliminar como sucede desafortunadamente en países como la India o China, donde una subcultura de muerte elimina a través del aborto selectivamente a las niñas concebidas y no nacidas, por considerarlas indeseables. O se les mutila, se les considera objetos de comercio, objetos de placer…cosas.
Pero la mujer es capaz aún de volcar su verdadero feminismo sobre la humanidad, es capaz de aportar a la realidad de nuestros días, y de días futuros la alegría que se desprende de ser portadora de la vida, no solo de la vida física, sino también espiritual.
El don de la mujer aún no termina de describirse, de enriquecer a la humanidad, Dios ha creado la ayuda adecuada al hombre, y a la creación entera y aún no descubrimos todo el potencial que ser mujer trae consigo…
En el día internacional de la mujer sería bueno dar a la mujer el verdadero reconocimiento que merece, y tal no puede ser posible si no lo hacemos a través de Su Creador: la dignidad de la mujer y su aportación a la humanidad como Hija, Hermana, Esposa, Madre, Profesionista, Colaboradora, Consagrada todo lo cual sigue descubriéndose e inspirando.
La Iglesia nos ofrece una visión de la dignidad humana única, y la mujer no está ausente de esto. Por ello es que propone a la Virgen María como la máxima expresión del “genio femenino” y nos invita a imitar su respuesta a la vocación privilegiada de ser esposa y madre.
No tengamos miedo de imitar a María, cuyo reinado en la tierra y el cielo es entrar en el misterio del Amor, vocación fundamental del ser humano, volquemos sobre la tierra la verdadera imagen de la mujer, y festejemos, si, que Dios ha creado a la ayuda adecuada, a la compañera de camino, a la madre, a la hija, a la hermana y demos gracias a Dios por ello.