"¿De qué sirve, hermanos míos, si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o hermana no tiene nada que ponerse y no tiene comida para el día, y uno de ustedes les dice: 'Vete en paz, mantente cubierto y come bien", pero no le dan las necesidades del cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta." (Santiago 2, 14-17)
El apóstol Santiago nos exhorta a no sólo creer en algo, sino a poner nuestra fe en acción. Hace veinticinco años, Jorge Serrano sentía una necesidad urgente de hacer algo acerca de la creciente amenaza contra la vida humana. Al igual que muchos católicos pro-vida, él creía -y todavía cree- que cada vida es preciosa y debe ser protegida en todas las etapas, desde la concepción hasta la muerte natural. De hecho, muchas veces él valientemente defendió su creencia a la luz pública.
Poco después de asistir a una conferencia pro-vida patrocinada por Human Life International en Nueva Orleans en abril de 1989, Jorge se encontró en un debate público con una feminista radical. Ella estaba defendiendo agresivamente el derecho de una mujer a tener un médico para matar a su hijo no nacido. "¿Qué estás haciendo para la mujer que quiere tener un aborto?" ella le interrogó.
Con un corazón traspasado, Jorge empezó a considerar las opciones disponibles en la ciudad de México para las mujeres que enfrentan situaciones desesperadas. ¿Cuántas mujeres optan por el aborto, la única opción, como un remedio a su dilema? Se volvió hacia la Biblia, específicamente, a Santiago 2: 14-17, para encontrar una respuesta.
Dos meses más tarde (junio de 1989), Jorge y su equipo de voluntarios pro-vida comenzaron sus heroicos esfuerzos para construir una cultura de la vida. Se puso en marcha un programa de atención mediante una línea de teléfono y anuncios en los periódicos locales con este mansaje: "Embarazo inesperado hay una solución llámenos."
El 15 de agosto, la Fiesta de la Asunción de la Virgen María, la primera mujer llegó a sus oficinas a favor de la vida naciente, era el primer Centro de Ayuda de la Mujer (o CAM). Ella recibió una promesa de apoyo en un momento desesperado de necesidad. Jorge y su equipo le aseguraron que no estaba sola, y sus vidas -la suya y la de su hijo por nacer- eran preciosos. A través del centro, le ayudaron a adquirir la asistencia sanitaria, ropa y otros recursos que necesitaría.
No te puedes imaginar la persecución que Jorge y su familia enfrentan hoy en día.
Arriesgando todo, su conciencia le impulsa a seguir anunciando el Evangelio de la Vida. Jorge es un hombre humilde de profunda fe, glorificando a Dios en todas las victorias de la vida ganadas por los CAMs. Él ha inspirado a cientos -si no miles- de personas en toda América Latina a participar en la defensa de la vida. La fe de Jorge a la acción creció de su participación en la conferencia pro-vida de HLI hace tantos años.
Hoy, me siento profundamente honrado de estar en la Ciudad de México con Jorge, su esposa Magdalena, su familia, directores y personal de CAM, que celebran el 25° aniversario del primer CAM. A lo largo de los años, Jorge siempre ha expresado gratitud al Padre Marx y HLI por continuar el apoyo en la defensa de la vida y la familia. HLI felicita a Jorge y sus compañeros servidores de la vida por nacer en la fe y la confianza -y las buenas obras heroicas. Que sus logros inspiradores perduren y cultiven la cultura de la vida en todas las comunidades de América Latina.
Por P. Shenan Boquet, Presidente de Human Life International.
Traducido por: Cecilia Rodríguez, coordinadora voluntaria del proyecto REDESSVIDA en Aguascalientes, México.