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Cuestionario para el Sínodo sobre la Familia (2014)

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Autor: Miguel Manzanera, SJ

Desde su elección a la Cátedra de Pedro en el mes de marzo de 2013 el Papa Francisco ha mostrado una firme voluntad de renovación y “aggiornamento” de la Iglesia Católica. De hecho ya ha introducido algunos cambios significativos para que la Iglesia recobre el aire fresco de la predicación del mismo Jesús, liberándola de la contaminación de las ideologías mundanas.

El próximo gran desafío a enfrentar será el Sínodo Episcopal sobre la Familia, cuya Asamblea General Extraordinaria se celebrará en Roma en octubre de 2014. Más adelante, en 2015, se reunirá la Asamblea General Ordinaria para aprobar las líneas operativas para la pastoral de la persona humana y de la familia. Aclaremos que en los sínodos episcopales se reúnen periódicamente algunos obispos representantes de las conferencias episcopales de los diferentes países para tratar temas considerados importantes. Las conclusiones de la asamblea de obispos se presentan al Papa para su aprobación definitiva y para su publicación, normalmente a través de una exhortación apostólica que tiene carácter vinculante para los fieles católicos.

En la preparación de este Sínodo sobre las Familias ya se ha hecho notar la impronta innovativa del papa Francisco. En vez de enviar un documento preparatorio elaborado por expertos teólogos, ha preferido dar a conocer un cuestionario sencillo sobre los temas de la familia a tratarse en el sínodo. Este cuestionario abarca nueve acápites sobre la familia, algunos de ellos candentes y controvertidos. Se pregunta sobre el conocimiento de la Biblia, del Concilio Vaticano II y de otros documentos magisteriales del Papa y de los obispos en referencia al valor de la familia. ¿En qué medida el pueblo de Dios acepta la enseñanza de la Iglesia o por el contrario se la desconoce o se la rechaza? ¿Cuáles son los factores culturales que obstaculizan la plena recepción de la enseñanza de la Iglesia? ¿Cuál es el fundamento “natural” del matrimonio y cuáles son las ideologías que se oponen?

Especial importancia se da a las “situaciones matrimoniales difíciles”, como ser las convivencias ad experimentum, las uniones libres de hecho y los matrimonios civiles de cónyuges que estuvieron casados por la Iglesia. ¿Cómo debe la Iglesia acercarse a estas personas? ¿Qué soluciones les propone la iglesia en estos casos? También se pregunta sobre uniones homosexuales, legalizadas en varios países. ¿Qué actitud hay que tener hacia esas parejas y hacia los niños adoptados por ellas?

También se pregunta sobre apertura de los esposos a la vida y sobre los anticonceptivos ¿Qué evaluación moral merecen los distintos métodos de regulación de los nacimientos? ¿Qué profundizaciones se podrían sugerir sobre ello desde el punto de vista pastoral? También se pregunta sobre la relación entre la familia y la fe personal ¿Qué situaciones críticas constituyen un obstáculo para el encuentro de la persona con Cristo? ¿En qué medida la crisis de fe de las personas inciden en su vida familiar?

Este cuestionario, que se ha hecho público y puede bajarse en internet, ayudará ya desde ahora a muchas personas a interesarse más y al mismo tiempo a adquirir una mayor formación humana y religiosa sobre esos temas. Para ello es muy conveniente organizar cursillos, conferencias y debates. En la actualidad los medios digitales y particularmente el internet y las redes sociales pueden servir como un instrumento poderoso para facilitar una mejor formación y comunicación que anteriormente era prácticamente imposible.

Obviamente para todo ello se requiere una vivencia profunda de la fe en Cristo Jesús como el Hijo de Dios hecho hombre, fundador de su Iglesia a la que hemos sido llamados para ser sus hijos fieles dentro de una vinculación familiar con sus autoridades legítimas. Dada la importancia de la familia para la vida no sólo de la Iglesia sino de la sociedad en general, cabe pronosticar, sin caer en el pesimismo, que si continúa el creciente deterioro moral y social de la familia estamos llegando al final de la historia de la humanidad.

Por eso los creyentes tenemos que unir esfuerzos en la acción y en la oración pidiendo a Dios Familia para que se mantenga firme la estructura básica del matrimonio como convivencia heterosexual de vida y amor fiel, indisoluble y fecundo, base natural de la familia. Tal como el recordado Juan Pablo II magistralmente explicó en la Carta a las Familias  en el año 1994, las familias humanas son imagen y semejanza de la Familia Divina, cuyo reflejo sacramental humano más exacto es la Sagrada Familia de Nazaret.