Por el Padre Shenan J. Boquet – Presidente de Vida Humana Internacional.
Publicado el 30 de mayo del 2022.
“A la Iglesia pertenece siempre y en todo lugar el derecho de proclamar principios morales, incluso los pertenecientes al orden social, y de emitir juicios sobre cualquier asunto humano en la medida en que lo exijan los derechos fundamentales de la persona humana o la salvación de almas.” ─ Catecismo de la Iglesia Católica, Nro. 2032
En una carta sorpresa hace unos días, el arzobispo Salvatore Cordileone de la Arquidiócesis de San Francisco informó a la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, quien reside en San Francisco, que estaba tomando la extraña medida de prohibirle recibir la Sagrada Comunión. El arzobispo fue muy claro en que la razón por la que estaba dando este paso dramático era por el apoyo público, apasionado y sin disculpas de Pelosi al aborto legal, que la Iglesia Católica enseña que es el asesinato de un ser humano inocente.
En su carta, el arzobispo Cordileone explicó que en ocasiones anteriores le había comunicado sus preocupaciones sobre el apoyo de Pelosi al aborto, incluso en una carta fechada el 7 de abril de 2022. En esa carta anterior, el arzobispo había advertido que, si Pelosi continuaba apoyando el aborto en público al referirse a su fé católica, no tendría “otra opción” que invocar el Canon 915, que establece que aquellos que obstinadamente perseveran en el pecado grave manifiesto no deben ser admitidos a la Sagrada Comunión.