Padre Shenan J. Boquet
Presidente
Human Life International
1 de abril de 2019
Dos historias perturbadoras
Usted pensaría, por ejemplo, que el derecho de una mujer que ha sido violada a estar completamente segura en un lugar adecuado mientras recibe tratamiento es algo tan sacrosanto como debe ser un derecho de esta naturaleza. Recientemente, sin embargo, el Vancouver (Canadá) Rape Relief and Women’s Shelter (“Refugio y Socorro de Vancouver para Mujeres Violadas”, traducción libre) perdió más de $30,000 de subsidios de la ciudad. La decisión de la ciudad de retirar ese dinero surgió después de una feroz campaña contra el refugio liderada por el propio Morgane Oger – efectivamente, el mismo político mencionado al comienzo de este artículo (véase el boletín anterior) – y otras activistas totalitarios de la ideología del transgenerismo, quienes estaban furiosos porque el centro de ayuda se negaba a ofrecer sus servicios a mujeres “transgéneros”, es decir, a varones biológicos que ahora dicen ser mujeres [2].