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Votando por la opción católica en 2024 en EUA

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Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional

Publicado el 4 de noviembre del 2024

 

 “El pueblo está llamado a participar cada vez más en la vida pública de la nación. Esta participación conlleva graves responsabilidades. De ahí la necesidad de que los fieles tengan un conocimiento claro, sólido y preciso de sus deberes en el campo moral y religioso en lo que respecta al ejercicio de los derechos civiles, en particular del derecho de voto.”

 

― Venerable Papa Pío XII, Discurso a la Acción Católica Italiana.

 

Mientras emitimos nuestro voto para elegir al 47º presidente de los Estados Unidos y a las personas que ocuparán diversos cargos federales, estatales y locales, es hora de recordarnos una vez más lo mucho que está en juego en estas elecciones y cuáles son nuestros deberes como ciudadanos católicos.

 

Los resultados de las elecciones del martes afectarán a todos los niveles de nuestra sociedad: desde la legislación hasta los jueces, pasando por el sistema educativo, la política exterior, la atención sanitaria y mucho más. Y aunque nuestro voto es sólo uno entre millones, sigue siendo cierto que el peso acumulado de esos millones de votos determina, de manera crucial, el futuro que tendrá nuestro país. Esto nunca ha sido más cierto que hoy, cuando están en juego graves cuestiones morales y sociales: el estatus del matrimonio, la familia, los derechos de los padres, los derechos de conciencia, la libertad religiosa y el respeto por la vida humana misma.

 

Matar a los vulnerables, enfermos e indefensos.

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Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.

Publicado el 28 de octubre del 2024.


 “La llamada eutanasia “compasiva” sostiene que es mejor morir que sufrir y que sería compasivo ayudar a un paciente a morir mediante la eutanasia o el suicidio asistido. En realidad, la compasión humana no consiste en causar la muerte, sino en abrazar al enfermo, en apoyarlo en sus dificultades, en ofrecerle afecto, atención y los medios morales para aliviar el sufrimiento”.

–Samaritanus Bonus.

Los activistas pró-vida llevan mucho tiempo advirtiendo que la consecuencia más previsible de la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido será la eliminación de las barreras de protección que protegen a los miembros más débiles, vulnerables y marginados de la sociedad.

Advertimos que esto conduciría a una letanía de horrores.

Esto es precisamente lo que ocurrió en países como Bélgica y los Países Bajos, que estuvieron entre los primeros en legalizar estas prácticas inhumanas. Sin embargo, ningún país parece estar tan decidido a sondear las profundidades de la depravación introducida por la eutanasia legalizada y el suicidio asistido como Canadá.

 

La desesperanza y el miedo por acoger a los niños.

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Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.

Publicado el 21 de octubre del 2024.

 

Desde hace décadas, activistas pró-vida como el fundador de Human Life International, el Padre Paul Marx, han advertido que la verdadera amenaza que enfrenta el mundo no es la superpoblación, sino más bien la subpoblación.

Al hacer esta afirmación, esas voces proféticas iban contra la corriente, por decirlo suavemente. Sus opiniones fueron ahogadas por una cacofonía de voces que proclamaban una catástrofe inminente y apocalíptica si las naciones no concentraban sus recursos en reducir la tasa de natalidad.

Los profetas pró-vida vieron la enorme energía que se estaba invirtiendo en difundir esta propaganda agorera sobre la superpoblación, junto con la inversión masiva en anticoncepción y aborto y la promoción de una nueva ética sexual basada enteramente en conceptos de “libertad” y placer. Sabían que esto eventualmente nos alcanzaría.

Vieron que la inculcación de una mentalidad anti-vida en el corazón mismo de nuestra cultura eventualmente produciría el fruto podrido de una sociedad sin esperanza y, en consecuencia, sin hijos (sin bebés), una cultura que eventualmente tendría dificultades para reproducirse. Los políticos y burócratas que se habían dejado llevar por la histeria de la superpoblación estaban tan concentrados en el aparente problema de superpoblación del momento que no podían concebir la posibilidad de que al tratar de “resolver” este problema, estuvieran, de hecho, creando las condiciones para un problema mucho peor en el futuro.

¡Cómo han cambiado las cosas en los últimos años! Ahora, uno se encuentra con que las mismas publicaciones liberales, políticos y burócratas que proclamaban a viva voz el fin de todas las cosas debido a la superpoblación, están empezando a retorcerse las manos por los numerosos problemas económicos y sociales que plantea la sorprendentemente (para ellos) repentina caída de las tasas de natalidad y el inminente colapso demográfico.

 

La verdadera misericordia en los últimos momentos de la vida.

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Escrito por el Padre Shenan J. Boquet.

Actualizado el 14 de octubre de 2024.

 
  "Incluso cuando no está motivada por un rechazo egoísta a cargar con la vida de alguien que está sufriendo, la eutanasia debe ser llamada una falsa misericordia y, de hecho, una "perversión" inquietante de la misericordia. La verdadera "compasión" lleva a compartir el dolor del otro; no mata a la persona cuyo sufrimiento no podemos soportar".

-Papa San Juan Pablo II, Evangelium Vitae, Nro. 66

Cualquier pró-vida que haya dedicado un tiempo y esfuerzos significativos a investigar el tema de la eutanasia y el suicidio asistido se sentirá rápidamente perturbado por una característica que une a algunos de los principales activistas pro-eutanasia. Parecen tener una extraña fascinación por la muerte e incluso sentir un extraño placer, a veces exquisito, en promover la muerte como una "solución" a los problemas de la gente.

Tomemos el ejemplo del "Dr. Muerte", Jack Kevorkian. Este médico y activista estadounidense pasó ocho años en prisión tras ser condenado por el asesinato de un hombre que padecía la enfermedad de Lou Gehrig. Aunque el hombre había solicitado la ayuda de Kevorkian para morir, la ley prohibía la eutanasia. El propio Kevorkian invitó a la acusación a filmar y transmitir públicamente la eutanasia con el objetivo explícito de anular las leyes contra la eutanasia.

Una de las cosas más inquietantes de la historia de Kevorkian es lo obsesivamente preocupado que estuvo por la muerte desde el principio. Como señala este perfil de EWTN, ya en su residencia, el Dr. Kevorkian pidió que lo pusieran en el turno de noche porque morían más personas por la noche que durante el día. Aprovechaba la oportunidad para tomar fotografías de personas que estaban en sus últimos momentos.

Esta macabra obsesión con la muerte se manifestó de muchas otras maneras. Kevorkian era un pintor consumado. Sin embargo, sus pinturas no son para los débiles de corazón. Todos tienen que ver con la muerte de una forma u otra, representando cosas como cabezas cortadas o cadáveres maltratados. Es difícil pensar en otra palabra para estas obras de arte que no sea "diabólica".

Al principio de su carrera médica, Kevorkian propuso anestesiar a los convictos en el corredor de la muerte y luego experimentar con ellos mientras aún estaban vivos. Incluso llegó a construir una máquina casera precisamente para este propósito. Inicialmente, intentó experimentar con su máquina en un animal. Después de que no pudo conseguir un perro para ese propósito, hizo un anuncio para una persona suicida. Encontró con éxito a su primera "paciente", una mujer a la que le habían diagnosticado Alzheimer. Trágicamente, ella se suicidó usando su máquina.

 


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